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SENTIMIENTO

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PREGÓN DE LA VIRGEN DEL CARMEN 2011
D. DANIEL VARGAS
Sevillana:
Aunque tu cara es bonita,
Yo con tus manos me quedo; 

Yo con Tus manos me quedo:
Y es que en Tus manos yo estoy,
Y es que en Tus manos estaremos;

Y si te fijas,
Y contemplas la ternura
Con que a Su Niño acaricia
Verás que no hay ser humano
Que no se muera de envidia.


Me parece muy poco decirte “Te quiero”
Como pago, Señora, ante tantos desvelos;
Pues después de contarte todos mis anhelos
Siempre encuentro en tus ojos el cariño sincero.

Tú eres, Carmen, la novia
que rondan los marineros
Y yo que te quiero tanto,
de celos, Madre, me muero,
Y tú que ya me conoces
y que sabes mis desvelos
Me sonríes dulcemente,
me das, Señora, consuelo.

Hoy vuelvo ante Ti como pregonero;
Hoy ante Tus plantas soy humilde siervo;
Hoy pido la luz que tienes, lucero,
Que Tú me ilumines hasta Tu buen puerto.

Aquí me tienes, Señora,
Aquí me tienes de nuevo
Aquí estoy para servirte
Aquí, que hasta el mismo cielo
Quiero que lleguen mis versos
Que son para Ti un “Te quiero”.

Yo por Ti, María, fui
Voz que clama en el desierto;
Yo por Ti bajo tus andas
Fui humilde costalero;
Por Ti yo crucé Doñana
Y seguí un viejo sendero.

Por Ti Señora esta noche
Déjame ser marinero
Que nade en un mar de letras
De poemas que son veleros
No me dejes naufragar
En este río de versos.

Déjame, Virgen del Carmen,
Decirte otra vez “Te quiero”;
Déjame, Reina del mar,
Ser voz, cofrade y romero;
Déjame cruzar Tu mar,
Déjame tocar Tu cielo,
Déjame, Señora mía,
Ser para Ti pregonero.

Señor Párroco de esta feligresía de Bonanza y Director Espiritual de la Hermandad, don Ramiro Villar.
Señor Delegado de Bonanza, Don Rafael Louzao, y demás miembros de la Corporación Municipal.
Señor Representante de la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías, Don Agustín Hernández.
Estimado Hermano Mayor y miembros de la Junta de Gobierno de esta querida Hermandad de Nuestra Señora del Carmen de Bonanza.
Hermanos Mayores y miembros de Juntas de Gobierno de las diferentes Hermandades y Cofradías de Sanlúcar.
Queridísimo Lucas, que has querido ser mi presentador en el día de hoy.
Gentes de la mar, vecinos de Bonanza, hermanos y hermanas.

Es curioso observar las vueltas que da la vida. Parece que fue ayer, y ya han pasado casi cinco años, de aquella gloriosa mañana del Día de la Inmaculada Concepción. La Santa Iglesia Catedral de Jerez de la Frontera tenía el ambiente de las grandes ocasiones, y las gentes de Sanlúcar paseaban nerviosos entre sus muros esperando que comenzara la Misa Pontifical de ese día.
Allí junto a mis hermanos del Resucitado, esperábamos ansiosos que se cumpliera un sueño que compartíamos desde hacía varios años: ser erigidos como Hermandad. Pero no éramos los únicos sanluqueños que esperábamos con los nervios a flor de piel el ansiado decreto del Obispo, sino que pudimos compartir esos intensos momentos con otra hermandad de Sanlúcar, que no es otra que esta Hermandad de Nuestra Señora del Carmen de Bonanza. Juntos nos llamaron para concedernos el título y la categoría de Hermandad, y juntos recogimos ese Decreto de las manos del Señor Obispo.
¿Quién me iba a decir a mí que hoy estaría aquí, en este ambón, junto a vosotros, compartiendo otro gran momento de esta querida Hermandad?.
Las vueltas que da la vida … y las que todavía tiene que dar.
Resulta que ese mismo año, en la Comida del Pregón de Semana Santa, el Consejo de Hermandades y Cofradías nos sentó a las dos nuevas Hermandades en la misma mesa, donde Carmen y Resucitado pudimos hablar y comentar tranquilamente nuestras particularidades y nuestras semejanzas, creando desde ese momento una relación de fraternidad que seguimos compartiendo. Como una breve muestra, yo sólo tengo palabras de agradecimiento para esta Hermandad que fue la que nos prestó sus enseres para que mi Cristo pudiera realizar su primera Salida Procesional por la Feligresía de La Jara. Así, como mandan los cánones de las gentes bien nacidas, hoy quiero daros las gracias, hermanos del Carmen.
Gracias por confiar en ese grupo de chavales que llamó a vuestra puerta un día pidiéndoos los enseres del paso de la Virgen. Gracias por seguir trabajando día a día y llegar a haceros Hermandad, coincidiendo con mi Hermandad en esa gran efeméride. Gracias, de corazón, por permitirme hoy ser vuestro pregonero y cederme vuestro ambón, y hacerme un sitio en vuestro templo en el que poder llamar a las puertas, esta vez las de vuestro corazón y vuestra alma, para anunciaros lo que de sobra sabéis: que ya la Virgen del Carmen está llamándoos para que, un año más, celebréis junto a Ella Su día. Gracias, hermanos, por querer a María, por no dejar sola a esta Bendita Madre que tanto nos quiere; gracias por estar con Ella, por acordaros de Ella y tenerla siempre presente en vuestros corazones.
Sé que hoy mis torpes palabras no estarán a la altura de todas las expectativas que tenéis en mí, y que nunca podré igualarme a esos grandes pregoneros que han ensalzado a la Virgen desde este ambón; pero también sé que vosotros sabréis disculpar las carencias de este que no pretende otra cosa que seguir queriendo a la Virgen con todo su ser, todo su corazón y toda su alma.


Antes de seguir con el Pregón, os pido por favor que me dejéis dar las gracias también a una persona muy especial para mí. No es otro que mi presentador, mi queridísimo y admiradísimo Lucas Alcón. Papá Lucas, tú eres el responsable de que hoy esté aquí, porque sabes que nunca podré negarte nada que tú me pidas y esté en mi mano. Tú me has acogido como uno más en tu familia, y me haces sentir parte de la misma; por eso, quiero hoy que tengo la oportunidad, agradecerte públicamente todo ese cariño que demuestras día a día a todos cuantos te rodean. Gracias, Papá Lucas, por ser así.

(Sevillana a Bonanza)
Casas blancas encalás,
Y mujeres con roete.
Y mujeres con roete,
Un barrio que huele a mar,
Un barrio lleno de redes.

Un barrio lleno de redes,
De aparejos de pescar,
De gente buena y decente
Que llevan sabor a sal
En su corazón valiente.

Que es un barrio de bandera
Con su playa, con su muelle,
Con sus barcas de madera,
Con su Carmen y su gente,
Bonanza la marinera.


Sanlúcar es, como dijo la letra de una sevillana, novia del campo y del mar. Si preguntamos en Sanlúcar cuál es la zona más marinera, todos nos contestarán al unísono que Bonanza. Barrio marinero por definición, por antonomasia, Bonanza ha sido y es la puerta de Sanlúcar al mar. Fijaos que hasta nuestra ciudad lleva en su nombre la vinculación con la mar: “Barrameda”. Y Barrameda no es otra cosa que el nombre que recibía Bonanza en la más remota antigüedad, desde la creación misma de esta ciudad.
Por eso, Sanlúcar debe en gran parte su fama, su prestigio y reputación como puerto de mar a esa gente antigua que habitaron en esta misma zona donde nos encontramos.
Es esta Bonanza nuestra un barrio de gente trabajadora, que ha sabido salir adelante pese a las vicisitudes con que la vida a veces nos golpea a todos. Es, la mayoría de las veces, en las casas de la gente humilde y decente donde parece querer la desgracia golpear con más fuerza, pero el espíritu de perseverancia y superación de estos vecinos han conseguido mantener, para el disfrute de sus hijos y nietos, un barrio apacible y tranquilo, donde se saluda por la calle y se puede salir a pasear tranquilamente.
Bonanza, tú eres en Sanlúcar la verdadera novia del mar, esa niña guapa que tiene encandilado al Gran Océano. Pero no nos quedemos sólo en la mar, puesto que Bonanza es mucho más: es el nexo de unión de las zonas de Los Llanos, de La Algaida, donde las salinas continúan con su tradición secular y las gentes de la mar y el campo se reúnen, en la iglesia, en el colegio o en el bar, compartiendo juntos un barrio que los acoge a todos sin distinciones.
Bonanza, donde los ecos de los juegos infantiles que llegan desde el colegio de los hermanos maristas se mezclan con las sirenas de los barcos que llegan al muelle; tú reúnes a tu alrededor un faro que te sirve de vigía, un colegio donde los hermanos maristas han ido entregándose generación tras generación, un astillero donde tantos barcos se fabricaron y al que hoy van a parar esos que ya nadie quiere, sus bares, sus rincones; sus bloques donde cantan a la Virgen y que la esperan todo el año para que sea su luz, en el mar de oscuridad que a veces parece rodearnos a todos …

En Sanlúcar quedó una niña dulce y guapa
Que como un rayo de sol prófugo de los cielos
Irradia una luz tan blanca que ilumina un pueblo entero
Y que se enseñorea en ese mar de plata
Que devuelve su imagen con tan bello reflejo
Que hasta las mismas estrellas que la ven desde el cielo
Quieren estar más cerca, quieren llegar al suelo
Para que su luz sea la que a ráfagas se escapa
Donde tiene su casa esta bella Bonanza.

Y son gentes de este barrio bendito de Bonanza los que, cada 16 de julio, le entregan a la Santísima Virgen del Carmen todo su esfuerzo y amor debajo de las andas de Su paso.
Gentes sinceras, que hablan claro y con pocas palabras como los hombres cabales, pero que sienten una innegable devoción por la Madre de Dios y Su Bendito Hijo; gentes de la mar y el campo, que buscan a María y logran sentirse un poco más cerca de Ella cuando la trabajadera que se clava en su carne bajo el peso de su amor les va susurrando que arriba está la Virgen, viendo como con su esfuerzo la acercan para que todos los vecinos puedan verla un año más.

Costalero del Carmen, que a la mar la llevas
No te olvides nunca de que Ella te espera,
Que la Dulce Virgen que tanto veneras
Es la Madre Buena que a todos se entrega;

La que nos conforta con palabras bellas,
La que nos redime de nuestras miserias
La que nos da su amor a manos repletas
La que nos anima, perdona y enseña.

A la mar, marinero,
A la mar ... Y a querer.
A verla hoy de nuevo
Mecerse sobre tus hombros,
A ser de nuevo el asombro
Con tu cariño sincero
Del que te viene a ver
Con Ella tocar el cielo

A la mar, marinero,
A la mar … Y a sentir.
A volver a buscarla,
A entregarte por Ella,
A cumplir la promesa
Que humilde te callas
De llevar sobre ti
El peso de Sus andas.

A la mar, marinero,
A la mar … Y al amor.
A quererla siempre,
A dar el corazón,
A ser costalero
Todo un año entero
Para con pasión
Llevar con orgullo
A la Madre de Dios.

A soñar, marinero,
A sentir, a querer … y al amor.

Hoy quiero confesaros que no tengo corazón. No, hermanos, mi pecho no está vacío, sino que no lo tengo porque sencillamente no es mío: desde muy niño este humilde corazón tiene una dueña que está en el cielo.
María, Ella es la soberana absoluta de mi ser, mi amor y mi persona. La virgen María, nuestra Celestial Madre, Mediadora Universal y Divina Abogada nuestra siempre me ha encandilado; no sé si será porque mi madre y mi abuela siempre me contaron cosas maravillosas de Ella; no sé si será porque he visto a mi abuelo y mi padre llorar contándole sus cosas; no sé si será quizás porque cuando me paro a mirarla, y le rezo, y hablo con Ella, me parece que me escucha, que me sonríe y me anima, inundándome de una sensación tan grande que no encuentro las palabras para poder describir esa paz, esa alegría que recorre mi cuerpo y rezuma por cada poro de mi piel.

Me tienes loco, Madre Mía; es que no puedo dejar de mirarte y hablarte y rezarte y amarte y llorarte y cantarte y llevarte y alabarte y volver a mirarte para volver siempre a amarte … porque Tú, María, eres el regalo que Dios nos otorgó; porque Tú, Señora, eres esa esclava del Señor que dijo que se hiciera en Ella según Su Palabra; porque Tú, Reina de Cielos y Tierra, fuiste la Madre del Redentor, y sufriste con Él la incomprensión y el odio; porque Tú, Virgen Bendita, subiste a los cielos tan limpia de pecado como naciste y viviste, y eres nuestra Defensora, la que nos conforma el alma.

Déjame loco quererte
Si el amarte es mi locura
Pues si teniendo cordura
No temblara sólo al verte
¿De qué me sirve la cura?

Déjame ir a buscarte
Donde me lleve mi suerte
Pues si he de vivir sin verte
Prefiero morir y amarte
Si muriendo he de tenerte.

Déjame aquí de rodillas
Que te piropee cantando
Porque aunque me veas llorando
Son lágrimas de alegría
Estas que me caen rodando.

Déjame, Señora Mía,
Ante Tus plantas rezando;
Que yo te seguiré amando
Y repitiendo a porfía
El por qué te quiero tanto.

Déjame, Madre, decirte,
Que te amo con pasión
Y que por mi devoción,
Yo siempre habré de seguirte
Como muestra de mi amor.

Si no te tuviera a ti
¿Qué es lo que me quedaría,
Si no sentir la alegría
De verte sería el morir?

Si no me quisieras tú
¿Es que acaso viviría
Si me faltara en la vida
El resplandor de tu luz?

Déjame amarte, María,
Quédate siempre a mi lado
Para que siempre en la vida
Vaya cogido a Tu mano
Que yendo en tu compañía
El cielo queda esperando
Porque la Gloria ya es mía.

Desde poco antes de esta Semana Santa pasada, tiene la Virgen del Carmen un regalo que un grupo de jóvenes de Bonanza ha querido hacerle a Sanlúcar: la preciosa imagen de Nuestro Padre Jesús de la Cena.
Esta nueva imagen del Señor ha venido a enriquecer más si cabe el bello lugar que la Virgen tiene en Bonanza, y sus raíces carmelitas se pueden ver a simple vista con sólo fijarse en el escudo de esta joven Agrupación Parroquial.
Viéndolo aquí, tan cerquita de Su Madre, a veces pasan por mi cabeza situaciones que me imagino …

Llegó la hora
y el cura
Cerró de nuevo la Iglesia.

Llegó la hora,
Y María,
De nuevo se quedó sola
Sin ninguna compañía.

Pero en Bonanza surgió
Un sueño, una ilusión,
Que a unos jóvenes del barrio
Ante Cristo los llamó.

Quién pudiera imaginar
Que aquello que comenzó
Siendo una cosa de niños
Siendo de veras acabó.

Llego la hora,
y juntos
Emprendieron un camino
Del que no veían el fin,
Pero que fue su destino.

Y después de mucho esfuerzo,
De dejarse el corazón
Llegó a Bonanza Su Cristo,
Llegó a Bonanza el Señor.

Jesús en Su última cena,
Santo Cordero de Dios,
Hasta Bonanza se vino
A traer Su Bendición.

Llegó la hora
Y Carmen
Ya jamás estará sola;
Llegó la hora,
Y en Su espera
Siempre estará acompañada
Por El Señor de la Cena.


Y si María es indiscutiblemente la Reina de Cielos y Tierra, Carmen es, de manera muy especial, la Señora de los Mares. Sabor a sal tienen esas seis letras que conforman su Bendito Nombre, ese nombre que reverencian todos los marineros.
La Virgen del Carmen ha sido siempre la defensora de la gente de la mar, de esos marineros que con su escapulario al cuello se echaban a faenar guiados por las estrellas y confiándose siempre a Su Virgen, la Estrella de los Mares que al Buen Puerto siempre guía.
Los escapularios, los hábitos, las flores, las ofrendas, … son muestras de la devoción de un pueblo volcado a la mar hacia la que es su Reina indiscutible.
Y yo, Madre, no sé qué decirte.
Cuando Te miras en los espejos que el río forma con sus aguas para reflejar Tu cara se puede sentir lo profundo Tu mismo ser; cuando te acercas, llevada por la fe y la devoción de tus hijos, y vas derramando bendiciones como una sutil lluvia que empapa los corazones que te buscan, se puede sentir lo grande de Tu devoción; cuando vemos cómo Tu Hijo trata de alcanzarte la cara con su manita, para tratar de rozar levemente ese óvalo de nácar, se puede sentir la ternura con que nos miras.
Y yo, Madre, sigo sin saber qué puedo decirte.

¿Qué piropo he de decirte
Que nunca te lo hayan dicho?
¿Qué promesa podré hacerte
Que no te hayan prometido?
¿Y qué ofrecerte, Señora,
Si tanto te han ofrecido?
¿Qué puedo darte, María,
Que no te hayan concedido?

¿Podré decirte siquiera
Que eres Tú la Reina guapa
Que pasea con su barca
Con hechuras marineras?

¿Podré, como la marea
Que puntual sube y baja,
Acercarme hasta Tu cara
Dándote un beso de nácar?

¿Podré decirte de cerca
Que eres de mi amor la llama,
De mi tempestad la calma
Y de mi barco la vela?

Carmen, que mi voz se rompe
Carmen, dale a mi garganta
Carmen, fuerzas pa’ decirte
Carmen, dueña de mi alma.

Carmen, Reina de los Mares;
Carmen, de la cara guapa;
Carmen, Princesa del Llano;
Carmen, que guardas La Algaida.

Carmen, Dueña de Pinares:
Carmen, de un faro de plata;
Carmen, Señora del cielo;
Carmen, lucero del alba.

Carmen, Tú la Emperadora;
Carmen, la Señora, el Ama;
Carmen, la Madre, la Novia;
Carmen, Reina de Bonanza.

Queridos hermanos, muchas gracias de nuevo.
Gracias, por regalarme la oportunidad de conocer un poquito más a esta Hermandad y a la Santísima Virgen, que en mi corazón se ha anclado, como Su cariño lo hizo, como Su hermosura me lleva cual velero mandado por el barlovento.
Gracias, por haber estado aquí, escuchando a este torpe orador que ha tenido la osadía de ponerse hoy frente a vosotros para ensalzar la figura de Nuestra Señora del Carmen, aun sabiendo que Ella para nada necesita de mi tosco verso para glorificarse sola con Su presencia.
Antes de irme, quisiera pediros una sola cosa más: no cambiéis nunca. Seguid siendo esa Hermandad, de gente trabajadora y humilde que no busca el reconocimiento personal, sino que luchan día a día para honrar a la Santísima Virgen del Carmen como mejor saben, con su cariño y amor.
Y desde aquí, en el día de hoy y desde este ambón pregonero, me gustaría pedir que se concediera a esta Junta de Gobierno el poder hacer realidad un sueño que muchos sanluqueños compartimos: que le sea concedida a esta Bendita Imagen de Nuestra Señora del Carmen la Coronación Canónica en virtud a la devoción y arraigo que tiene en nuestra localidad. Por favor, apoyemos todos a Salvador y su Junta, para que el Señor Obispo que pronto nos visitará pueda ver cómo se quiere a la Virgen del Carmen en Sanlúcar, y que tenga a bien otorgarle el Título de Virgen del Carmen Coronada a la Reina de Bonanza.

Para Ti un manto quisiera
Bordado de pedrería
Que del mar parecería
El refulgir que tuviera.

Para Ti un faro de plata
Que hicieran la noche día
Y poder ver, Señora Mía,
El resplandor de Tu cara.

Para Ti UNA CORONA
De la devoción del pueblo,
Que como Reina del cielo
Te proclama a todas horas.

Una corona de oro,
Pero también de oraciones,
Como a Ti te corresponde
Hechas del pueblo devoto.

Una corona de amor,
De este barrio marinero
Que se quema el año entero
Bajo el fuego de Tu sol.

Porque para Ti yo pido
Una corona, Señora,
Con mil y una filigranas
Para Tu cara de rosa,
Para Tu frente de nácar
Para Tu figura hermosa
Y que a partir de ahora
Para el pueblo que Te aclama
Seas Carmen Coronada
De Bonanza Emperadora.

He dicho.
Daniel Vargas, a 9 de julio de 2011.

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PREGÓN DE LA CENA 2010
D. JULIO J.  R.C.

Un rumor de olas me susurró al oído
que ansiaba sentir tus pies en la marea
para, con caricias de sal, enjugarlos
como hiciera con perfume Magdalena

El arrullo de un barco mi pensamiento
transportó a la bella Carmona serena
donde parecías alentar la gubia
de un imaginero de manos eternas.

Un aroma de redes traerá en sus hilos
el más puro ramillete de azucenas,
en un descenso de luz por el gran río,
que a Bonanza irá a atracar de forma plena.

Por fin la espera acabó, ya estás aquí
y son las olas pa’ tus pies, Magdalena;
mi pensamiento, anhelos pa’ tus hechuras;
y la azucena trocará su blancura
en morado lirio de acerba condena.

Hoy se alegra un pueblo entero en tu amargura
porque advierten en tu imagen nazarena
al Rey que se entrega en la oblación más pura:
Señor de Bonanza, Jesús de la Cena.

Saludo.

Reverendo Padre y Presidente de la Agrupación Parroquial de la Sagrada Cena don Manuel Jesús Ortiz, párroco también de esta feligresía de Ntra. Sra. del Carmen.
Señor Delegado de Bonanza-Algaida, don Rafael Louzao.
Señor Vicepresidente y Junta Directiva de la Agrupación Parroquial de Nuestro Padre Jesús Sacramentado en Su Última Cena y María Santísima del Dulce Nombre.
Señores Hermanos Mayores y miembros de Juntas de Gobierno de las diferentes Hermandades sanluqueñas.
Señoras, señores, hermanos todos.


Bonanza, hoy quizá no sepa llegar al más sensible de tus corazones; quizá no logre hacerte sentir la emoción que tu pueblo merece ante la magnitud del acontecimiento que se avecina; quizá no pueda llegar a turbar siquiera tu nombre, quizá no llegue a convencerte de que mi corazón se asienta junto al tuyo... Pero créeme, Bonanza, que hace tiempo que mi corazón ya anidó aquí.
Lo hizo en un rincón con nombre mariano donde recibió el primer trabajo de una vocación que le ocupa la vida. Ese hogar de formación que lleva el nombre más sevillano de María que ni la misma Giralda pudiera darle: Reyes. Ahí, en el Colegio de los HH Maristas, un trozo de mi corazón permanece para siempre: su impronta se ha vertido sobre mi alma como sobre la de muchos de los aquí hoy presentes. Ellos son un ejemplo de entrega como aquél que pedía quien va a presidir en breve un altar en esta parroquia.

Y cómo no, en Bonanza reside el nombre de María con el que se cierra el círculo de cuantas advocaciones como la suya hay en nuestro bendito pueblo. Una advocación que no puedo dejar pasar en mis letras porque me ata al cielo y me guía en la tierra, porque me acurruca en la noche de mis miedos y acaricia el cabello de mis amaneceres en los que recuerdo que aún soy un niño: Carmen.

Mira Carmen, que te quiero
y si no te vengo a ver
no es por negarte el querer
pues de quererte me muero.

Mira Carmen si te quiero
que los ojos se me empañan
al pensarte tan lejana
de mis pesares eternos.

Te quiero, Carmen, te quiero.
y al nombrarte ya mi calma
se pierde junto a las almas
que lloraron sus anhelos.

Deseos esperanzados
que en tus manos depositan
para que bien los admita
quien en ellas, reposado,
derrocha gracia infinita.

Ese que ahora te hará
aferrarte a su pasado,
ese bien al que sustentas
en tus brazos descansado.

Ese que ahora te hará
por perpetuas soleares
llorar sin consuelo alguno
tornando a tus ojos mares

Carmen permíteme ser
uno de tus marineros
para decirte te quiero
acompañándolo a Él.

Custodiando ahora la pena
del que se sabe caer
al pozo de la condena
a pesar de ser quien es:
Jesús de la Santa Cena.

Bonanza lava los pies

Como a Pedro, me lavaste los pies. Cada vez que erraba. Cada ocasión en que me ofuscaba en algo que Tú sabías no llevaba yo razón. Pero lo que hacías no lo entendía hasta….más tarde. Como siempre…. Más tarde….con paciencia.
Como Pedro, intentaba que no me lavaras los pies.
“Lo entenderás más tarde” parecías responderme Tú cada vez que buscaba una respuesta para justificar mi error o mi mezquindad.
Y acabé comprendiéndolo. Comprendiendo que son la gente sencilla y limpia de corazón la que no para de limpiarme los pies día tras día. De darme lecciones de auténtico ser cristiano a pesar de sus posibles limitaciones y problemas.
Comprendo cómo tus hijos de Bonanza, los miembros de esta gran agrupación, no cesan de lavar los pies de muchísimos sanluqueños y sanluqueñas que creen estar más a tu derecha que el resto de tus fieles. Haciendo la labor que Tú ya hicieras con los tuyos....
Hoy, el río por el que tanto mal se introduce en el seno de esta tierra es capaz de revertirse límpido y capaz. Hoy, las aguas de Bonanza, que algunos creen contaminadas o indignas, son las que lavan el ser cofrade de este pueblo. Son las que devuelven el sentir del compromiso, del ejemplo, de la hermandad, del servicio a los demás, de la bienaventuranza, de la gracia, del cumplimiento de tu Palabra. Hoy la espuma de sus olas es donde al sol le gusta reflejarse, porque son espejo de luz.
¡Cuántas veces he anhelado verme salpicado por ellas!
Y por fin, aunque sea como grano de arena, me siento de esa playa bonancera en la que llegas como llegaste al lago de Generaset.
Por eso cuántas gracias debo daros, hermanos de la Cena: Miguel Ángel, Álvaro, Vanesa, Rocío y tantos que me permitís respirar como uno de vosotros o navegar en vuestras aguas como un pescador más junto a Juan Antonio Hermoso, Agustín Dorado, José de Pablo Tapas o Agustín López Casal, con los que recoger el fruto de lo sembrado será tarea más agradecida. Y si surgiera alguna dificultad en ello, seguro que Juan Cerezuela sacaría de su chistera alguna mágica solución con la que todos quedarían satisfechos y la cual Antonio Noguerol podría bordar con hilos de oro y sangre en ese maravilloso taller que dirige.
Gracias por acordaros de este torpe cofrade que lo único que puede hacer bien es apoyarse en Quien nunca falla y en Aquella cuyo Nombre es Dulce abrazo de Madre. Gracias porque me infundís una profunda admiración y respeto ante los que ojalá algún día pueda estar a la altura.
Y por extensión de agradecimientos, tengo y quiero hacer lo propio con mi presentador, Juanjo, que ha accedido a daros a conocer mi persona. Querido Juanjo, tu continuo “Sígueme”, al que no suelo corresponder o hacerlo tarde, es fuente de inspiración que hace crecer en mí el valor suficiente para afrontar muchos y numerosos retos de este mundo cofrade en el que intento nadar sin ahogarme.
Y gracias a todos/as los presentes, por compartir este rato en el que me hacéis la deferencia de ser uno de los vuestros, ser de Bonaza, ser de la Cena.
Y por eso:

Quiero ser la jofaina y el jarrón
que tomaran tus manos delicadas
para sentir que el agua derramada
lava, además de pies, mi corazón.

Quiero ser la jofaina y el jarrón
que para tus discípulos usaras
aquella noche de jueves callada
para dar mejor callada lección.

Para hacer comprender que tu oración
va con tu divina obra ligada
y a pesar de por la fe estar salvada
el alma se debe a la buena acción.

Quiero ser la jofaina y el jarrón,
para que las flores sean testigos
de que la primavera en tus amigos
es de la vida eterna su estación.

Quiero ver gritar a los azahares
quiero llorar con su dulcísimo olor
quiero que me hagas ver en ellos
el blanco que ha de lucir mi interior.

Quiero que el incienso hacia Ti me lleve
como si fuera plegaria de amor
de esas que empañan y nublan los ojos
para poder distinguir sólo a Dios

Quiero ser la jofaina y el jarrón
para lavar lo pies de los que un día
obtuvieron de Ti ese gran favor
y que ahora consuman a porfía.

De aquellos que hermanos pequeños son
de tu humilde Sanlúcar Cofradiera
de aquellos que en bendita agrupación
siguen tus sagradas huellas de cerca.

Quiero ser la jofaina y el jarrón
para ser de tu tierra bonancera
y enjugar los pies de aquí estos hermanos
con el amor que hacía a Ti ellos profesan.

Quiero ser la jofaina y el jarrón,
quiero de lleno compartir sus penas
y así poder decir que estuve allí,
con Jesús en su Última Cena.

Por Bonanza anidarás en Sanlúcar

Hay que tener mucho valor para lavar los pies; para dar esa lección de amor; esa que obliga al que la ejecuta a humillarse y al que la recibe a aceptar ese regalo de saberse en ese momento servido por un igual a ti.

Hay que tener mucho valor para entregarse y dar la vida por los amigos. Y hay que tener mucho amor dentro de cada uno para poder entregarlo, pues si no tengo amor... ¿Qué amor puedo dar?

Hay que poseer mucho amor para entregarlo a los demás, para regalarlo a algo en lo que se cree y que va en favor del prójimo. Hay que sentir mucho amor y derrochar cantidades ingentes de valor para organizar de la nada una comunidad que ayude y sirva a los demás: Hay que ser amor y valor para ser de la Cena.

Los hermanos de la Cena son la Sagrada Cena misma. Son los que disponen todo para que el Señor pueda quedarse eternamente en Bonanza y en futuro cercano brindar el sagrado misterio a Sanlúcar. Los hermanos de la Cena son el pan mismo que Jesús toma entre sus manos para decirle a Bonanza que coman de él porque ellos son su Cuerpo. Son los dignos herederos de la Sangre que bebemos porque son quienes han sellado esa alianza entre Jesús y Bonanza. Los hermanos de la Cena son los pescadores de hombres que necesitan sus semejantes: pescadores de amor, valor, humildad, trabajo y sacrificio.
Ellos, por nombre y por práctica deben ser y son a buen seguro, los abanderados del contagio Eucarístico a la comunidad. Las cornetas anunciantes de que su fuerza y su constancia proceden de la Eucaristía. En palabras de Juan Pablo II: Quienes participamos de la Eucaristía estamos llamados a descubrir, mediante este sacramento, el sentido profundo de nuestra acción en el mundo a favor del desarrollo y de la paz; y a recibir de él las energías para empeñarnos en ello cada vez más generosamente a imitación de Cristo, que en este sacramento da la vida por sus amigos. Como la de Cristo, y en cuanto unida a ella, nuestra entrega personal no será inútil, sino ciertamente fecunda
Y los que estamos aquí y aún no lo somos ¿somos dignos de ser de la Cena? ¿Somos dignos de que Cristo reparta entre nosotros su Cuerpo y su Sangre? ¿Somos dignos de compartir su sufrimiento? ¿Seríamos capaces de mantenernos fieles a Él en el amor que representa la Eucaristía?
Pensémoslo porque ser de la Cena es ser la Cena misma. Es quedarse con Jesús en el Pan y en el Vino: en su Cuerpo y en su Sangre. Ser de la Cena es ser altar viviente. Un altar que en poco espacio de tiempo podremos ver por las calles sanluqueñas entregándose en perpetua oblación. Y cuando ese día llegue, Sanlúcar se estremecerá de amor y de luz:


Y la tarde aplaudirá
con sonora aclamación
el canto de la trompeta,
que anunciará con tesón,
que a bendecir a Sanlúcar
sale Cristo en Comunión.

Y el naranjo deseará
alfombrarte de blancura
el firme por el que pasas
para calmar, con dulzura,
la subida hacia un Calvario
que dio comienzo con Judas.

Y la nube envidiará
no poder estar presente
ante la más bella estampa,
éxtasis de un sol ferviente,
cuyos rayos de suspiros,
querrán besarte la frente.

Besos que el río querrá
orlarlos de brillantina,
de esa que desprende el agua
cuando “Cristoba” imagina
que te lleva en su barcaza
camino de Bajo Guía.


Y la luna cantará
su saeta nacarada,
al tiempo que bajará
para rogarte, humillada,
ser la hostia de tu cáliz,
por tus manos sustentada

Y la noche observará
a través de una ventana
cómo te acercas a ella,
anhelando la mañana
cuando contemple tu angustia
en tu cara dibujada

Y las estrellas querrán
mecerte bajo tu paso,
soñando con un costal
que te alce al cielo de un salto
y poder unirse a Ti
Pa’ coronar tu quebranto

Y los cirios llorarán
lágrimas de roja sangre
que morirán a tu paso,
mientras ven en tu semblante
el calor que las reviva
para de nuevo llorarte.


Y el nuevo día verá
la luz de tu tez morena
que a Sanlúcar conmovió
desde el cielo hasta la tierra.
¡Dios paseó por el pueblo:
Jesús de la Santa Cena!

Y te traicionaré y te negaré.

Como se mueven las dunas vivas del Coto o las doradas arenas de nuestras playas sanluqueñas, o aquellas del olvidado Pinar de la Dinamita, es la conciencia del hombre, la cual se rinde ante la belleza y sucumbe ante el horror, la fealdad o el escándalo. Es fiel a la misma fidelidad mientras ningún atisbo de corrupción, desgracia o desavenencia la aceche. En cuanto eso ocurre, en cuanto el color rosa se tiñe de gris, el alejamiento hacia lo adorado desaparece para dar paso a la dejadez, a la traición, a la oposición o al olvido.
Así ha sido siempre, así es y así será; porque los humanos somos demasiado débiles para mantenernos en la fortaleza como Él lo hizo ante Satanás en su desierto cuaresmal; porque los humanos no somos lo suficientemente valientes para afrontar y cargar con nuestros errores y pecados como Él hizo cargando con el dolor y el odio del mundo en forma de madero; porque nos asemejamos la mayoría de las veces al Iscariote que a Pedro.
Aunque Jesús mismo nos dijeras que es posible mantenerse fiel a tu mensaje en nuestro entorno; aunque nos mostrase cada día que es posible, el error, la tergiversación, la ambigüedad innata de la persona o cualquier forma de egoísmo…. Harían que le traicionáramos sin pensar, si quiera, que lo hemos hecho.
Aún así, tenemos en el don de la oración, de la meditación, una provechosa herramienta con la que construir murallas contra los males que acechan continuamente el alma; y en María un ejército celestial que allana nuestro camino hacia Él:


Borra con tu Dulce Nombre
el nombre de la traición,
porque Madre eres de Dios
y valedora del hombre
con multitud de renombres
a la que en pos acudimos
para encontrar el camino
que del error nos aparte,
y así merecer amarle
con un amor cristalino.

Que tu Dulce Nombre borre
de la traición lo cobarde:
Tú que eres del Creador Madre,
de marfil gallarda torre
a la que azuzado corre,
por la culpa a refugiarse
ese, que al encontrarse
por su falta consumido,
ruega socorro y abrigo
y por tus manos salvarse.

Que borre tu Nombre Dulce
de la traición su vileza
y sustituya por pureza
lo infame a que se reduce
la tentación que seduce
al mortal y lo enajena.
Líbranos de la condena
pa’ estar por siempre a tu lado
y a su derecha sentado,
¡junto a Jesús de la Cena!

Has de saber, Bonanza, que…
no me voy a despedir,
pues quiero quedarme en ti.
En cada rincón de tus calles,
en cada árbol de tus plazas,
en la arena de tu playa
y en la pintura de tus barcas.
Quiero quedarme en tu sonrisa,
esa que es inocente y limpia;
en la charla de cantina
y en el consejo del abuelo
que gratis da al que lo precisa.
Quiero vivir amaneceres
de esos que Dios regala
y en la lluvia que las nubes
ofrece con fresca esperanza
de saber que, tras un arco,
el color de la alabanza
volverá con la alegría
y el brillo de su Nueva Alianza.
Quiero quedarme en ti, Bonanza,
a pesar de la la lejanía
que a veces de ti me arranca
y que hace pesar en mi alma
que no habré de verte otra vez
hasta la próxima mañana,
esa que nunca llega
y al final siempre me aparta.
Quiero quedarme en ti
imaginando que soy
Paz familiar de tu salón
o la Oración de tu templo;
quisiera poder ser Consuelo
para tu intensa aflicción,
Misericordia que tu dolor mitigara
Humildad para el soberbio
y Paciencia para tu desesperanza,
Vera Cruz contigo en la muerte
y Expiración de tus faltas.
Pues Cautivo estoy de ti, Bonanza,
y Vivir en tu regazo
sin Angustia alguna quisiera
en fundido y sólido abrazo,
como aquél que experimenta
tus cimientos Enterrados.
Quiero quedarme en ti
como Quien que se brindara un día
de manos de estos tus hijos
que trabajan con alegría
y Resucitar a un mundo nuevo
en el que el mundo cabría.
Y ese mundo que se queda
siempre, Cristo, serás Tú
porque entre todas, la virtud
reside en la nueva mesa
de tu sacrificio diario
que en forma de efigie ha llegado:
¡Alza la voz Bonanza!
¡retumben tus calles de júbilo!
¡porque llegó tu refugio
y tu bienaventuranza!

¡Clamen vuestros corazones
y estallen de dicha plena
pues al fin llegó Quien se queda:
Jesús de la Santa Cena!

He dicho.
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PREGÓN DE LA CENA 2009
D.DANIEL VARGAS

Tú llegarás.

En un momento en el que todo parece vacío, donde somos hostiles hasta para con nuestros propios hermanos y cuando la desesperanza aparece por los rincones… Tú llegarás.

Y llegarás de la mano de Tus hijos, mis hermanos, que trabajan día a día para conseguir formar un hogar para acogerte, un cálido remanso de amor y cariño donde El Señor pueda confortar a quienes a Él se acerquen.

Y Tú llegarás.

Y Bonanza se vestirá de gala, y relucirá como una blanca perla de espuma de mar, y con la plata del pescado brillará este rinconcito sanluqueño, y con el oro de la arena de la playa el fulgor deslumbrará a quienes se acerquen a verte, porque Padre Mío, … Tú llegarás.

Se abrirán los cielos, se parará el tiempo, se detendrá el paso de las horas porque nuestro río traerá en volandas a Aquél que viene a darnos Su Cuerpo y Su Sangre, Aquél que se va a inmolar por salvarnos y nos traerá la redención eterna; ese que será el Agua Viva, y el que beba de ella nunca volverá a tener sed; Bienaventurada tú, Bonanza, por poder tener en tu corazón al mismo Dios hecho hombre.

Bienaventurada seas, Bonanza.
Bienaventurada seas por siempre
Bienaventuradas sean tus gentes
Que buscan al Señor con Esperanza.

Bienaventurado sea tu río,
Aquél que te sustenta día a día:
La fuente de tus penas y alegrías
Allí donde tú ostentas señorío.

Bienaventuradas sean tus calles
Donde tus niños ríen y juegan
Donde las abuelas buscan sombra fresca
Y respiran de la sal que hay en el aire.

Bienaventurada tú, que nos regalas
Al Cordero que se ofrece en sacrificio
Que así Dios firma un nuevo compromiso
Con un pueblo que quiere darle la espalda.

Bienaventurada tú, y el privilegio
De poderlo ver todos los días
De tenerlo en tu Iglesia en compañía
De la Madre de la Mar, de cetro regio.

Bienaventurada seas, Bonanza,
Aquí acaba mi poema
Porque ya sin más tardanza
Comienzo con mi alabanza
Para el Señor de la Cena.


Reverendo Señor don Manuel Jesús Ortíz, párroco de esta Iglesia de Nuestra Señora del Carmen.
Señor Delegado de Bonanza-Algaida, don Rafael Louzao.
Señor Vicepresidente y Junta Directiva de la Agrupación Parroquial de Nuestro Padre Jesús Sacramentado en Su Última Cena y María Santísima del Dulce Nombre.
Señores Hermanos Mayores y miembros de Juntas de Gobierno de las diferentes Hermandades sanluqueñas.
Señoras, señores, hermanos todos.


Muchas gracias, hermanos. Muchas gracias, Miguel, Álvaro, Vanessa, Rocío, Javi,… ya tantos y tantos otros que me habéis dado la oportunidad para que, desde este ambón, traiga a nuestros vecinos la noticia de lo que se está por llegar. Porque muy pronto estará ya con nosotros, y podremos venir a verlo. Porque muy pronto lo veremos pasar por nuestras calles, y en sus cultos lo sentiremos a nuestro lado. Y porque todo ello no sería posible sin vosotros, que día a día trabajáis para que vuestro sueño se vea reflejado en la cara de ilusión de nuestra gente. Desde aquí no puedo menos que daros las gracias, por querer regalarnos ese trocito de Dios que hacéis con vuestro trabajo y dedicación. Quiera el Señor que siempre sigáis juntos y trabajando por nosotros, por vuestros amigos y vecinos, y que Bonanza luzca orgullosa y radiante para albergar esa joya que será, sin duda, contar con una Hermandad como esta.

¿Quién lo iba a decir? Si hace nada la Semana Santa de Sanlúcar parecía inamovible, tras la incorporación de la Hermandad del Silencio; si no hace nada que todos creíamos que todo estaba hecho en nuestra Semana Mayor… y mírennos hoy: ya somos catorce hermandades y dos agrupaciones parroquiales las que tenemos el privilegio de estar en la nómina del pueblo cofrade sanluqueño.

Y qué casualidad que seas tú hoy, barrio de Bonanza, la que traigas a Sanlúcar ese misterio que faltaba para completar nuestra Semana Santa. Es curioso que en esta barriada humilde, de gente buena y trabajadora, sea en este tiempo en el que haya proliferado esta divina inquietud de plasmar ese Divino Misterio de la transubstanciación del Cuerpo y la Sangre de nuestro Redentor en el Pan y el Vino consagrado en el Altar. Porque no es sólo un paso de Semana Santa lo que viene a regalarnos esta nueva Agrupación Parroquial; de eso nada. Aquí veremos surgir, gracias al trabajo constante, uno de los momentos más bellos de la vida de nuestro Redentor.


Imaginémonos, por un momento, ese trance que Jesús tuvo que pasar al celebrar esa que sabía que sería su última comida junto a sus amigos y compañeros. Reunidos todos en esa habitación, en esa noche oscura donde todo había de desarrollarse como Él sabía y no quiso contar para no oscurecer los corazones de sus discípulos. Comienza todo con un lavatorio de pies por parte del Maestro a sus discípulos, dando el ejemplo de servicio que ha de seguir el pueblo cristiano. Luego, el dramático momento en el que anunció la traición de Judas, mediante la cual sería entregado para su sacrificio. Y por último nos diste el mayor regalo, el regalo de la Eucaristía, que se perpetuaría en la tradición cristiana, y mediante el cual nos unimos todos tus fieles a ti, siendo verdadera Liturgia la que realizamos al formar Tu Cuerpo para que seas la Cabeza de nuestra iglesia de salvación.

Señor, Rey de la Humanidad,
Te arrodillaste un día
Y los pies que te seguían
Lavaste con humildad
Sin importarte que ellos
No deberían de tocar
Uno solo de tus cabellos.

Qué lección para Tus fieles
Algunos tan importantes
Que no se ven semejantes
Y utilizan de escabeles
Al pueblo que han de guiar
Y en lugar de dar servicio
Se conforman con mandar.

Tú hiciste del Jueves Santo
El día del amor fraterno
Sacrificaste Tu Cuerpo
Muriéndote Tu por tantos
Que parecen olvidar
Que son Tu Cuerpo y Tu Sangre
Los que están en el Altar

Viste a un Judas traicionero
Y el lugar de castigarlo
Perdonaste su pecado
Sentándolo a Ti frontero
Pues si Tú perdón le diste
¿No habremos de hacer lo mismo
Los que decimos seguirte?

Fuiste místico cordero
Y te ofreciste a Dios
Para purgar con tu Amor
Pecados del mundo entero
Y fuiste la Luz que guía
Y el Faro de nuestra vida
Con tu muerte en agonía.

No nos olvides Señor,
Que te seguimos amando
Y que seguimos buscando
En tu Sangre Redención,
En tu Cuerpo el Alimento
Y así, con la Eucaristía
Podemos sentirte dentro.

Jesús también nos regaló un nuevo mandamiento en esa Última Cena que pronto podremos ver entre estos muros: el mandamiento del AMOR. En el evangelio de San Juan podemos ver cómo el Señor nos anima a que nos amemos, unos a otros, de la misma forma que Él nos ha amado. Porque Dios es Amor, y Jesús en su Primera Eucaristía nos lo manda, debemos ser fieles a su más grande revelación: el AMOR es la llave que abre las puertas del cielo. No debemos fijarnos en quien nos hace daño, sino mostrarles a todos nuestro compromiso cristiano teniendo una sonrisa y una palabra cálida como escaparate. Y que no quede ahí, en el exorno, en el alarde, sino que brote de nuestro corazón esa bondad y que rezume por nuestros poros nuestra voluntad de querer a nuestros semejantes.
Sé que estos momentos para la Asociación son especialmente duros, y más cuando os estáis encontrando en este, ya de por sí difícil, camino los escollos que algunos malintencionados van dejando para veros tropezar y caer; mas no desesperéis, hermanos. El mismo Dios que os exhortó un día para que soñarais esta realidad de hoy, que es la Santa Cena en Sanlúcar, os irá animando día a día para que no os dejéis llevar por aquellos lobos con piel de cordero que tratarán de equivocar vuestro camino. También os advierto que no hagáis caso a aquéllos que pretenden destruir vuestro sueño, puesto que muchos hay que tratarán de que nunca llegue a buen puerto esto tan grande que habéis emprendido. El secreto, si aceptáis un consejo de éste que no hace mucho ha llevado junto a su Junta de Gobierno a una Agrupación Parroquial a ser Hermandad hoy día, es que siempre debéis estar juntos, y no dejar que os separen habladurías o problemas. Sois iglesia, y como tal debéis juntos caminar hasta llegar a la meta final de que la Santa Cena sea contada entre las Hermandades Sanluqueñas.

Sueña Sanlúcar que tiene
Una Hermandad marinera
Sueña un paso que es un barco
Que en Bonanza suelta velas.

Sueña que la calle Ancha
Ya no es calle, que es ribera
Por donde navegan gentes
Que desde la mar le llevan.

Sueña mi pueblo un Señor
Que les anuncia en Su Cena
Que Su Cuerpo en el Altar
A redimirnos espera.

Sueña con sus nazarenos
Que iluminan con sus velas
El navegar de ese barco
Con olor a mar y arena.

Sueña con sus costaleros
Que poco a poco lo llevan
Sobre los mares de gente
Que ver a su Cristo anhelan.

Sueña La O con el día
En que lleguen a sus puertas
Y allí hinquen la rodilla
Al rezar su penitencia.

¡Despierta, Sanlúcar mía!
No te duermas que ya llega
Al que esperas noche y día
Que ya las olas lo acercan
Poco a poco se aproxima
Nuestro Señor de la Cena
Que viene con alegría
Porque Bonanza lo espera.


Qué sería del Señor sin una Madre Buena. Una madre que, como un puerto cuando llega el temporal, lo arrope, lo cuide, lo proteja. Virgen del Carmen bendita, patrona de la gente de la Mar que a ti confían su vida y su suerte, cuida a tus hijos para que puedan traerte a tu Unigénito. Cuídalos, Señora, dales ánimo y esperanza para que lleguen ante tus plantas y te muestren a Jesús, que vendrá a anunciar la Santa Eucaristía a tus gentes. Será Tu Dulce Nombre, María, el que lleven en sus labios cuando besen los pies de Cristo. Serás Tú, mediadora universal, la que va a hacer posible que una pasión tome forma, y que del vulgar barro y la madera surja la Imagen que desatará los amores de esta bendita tierra. Porque sin ti, Señora, nada sería posible. Porque Tú humildemente aceptaste un día convertirte en virginal sagrario, y fuiste el Vaso que recogió al Verbo Divino. Porque amamantaste al Redentor de la Humanidad, Señora, por eso y por tantas cosas…

Quisiera decir Señora cuánto te quiero
Que para expresar mi amor no sirven palabras
Es tanto lo que me invade ante Tus Plantas
Que me siento hasta volar, tocar el cielo.

Tú sin par belleza supera al mundo entero,
Y Tu donosa figura a admirarte ensalza
Pues Dios te eligió, para nacer sin mancha,
Ser Sagrario que cobijó al Místico Cordero.

Tú me haces renacer, vuelvo a ser niño,
Pues Cristo te nombró Madre de los Hombres:
Y como Madre que eres te hablamos con cariño.

Reina Universal, Señora de infinitos dones,
Carmen, Penas, Paz… todo se vuelve lo mismo
Ya que María será por siempre tu DULCE NOMBRE

Queda mucho camino por andar, apenas si se ha empezado la senda que nos llevará a ser Hermandad y ya parecen perderse en el recuerdo los comienzos de esta Agrupación Parroquial. Y pronto parecerá mentira esta espera que ahora se nos antoja eterna para tener la Imagen del Señor entre nosotros; luego no nos creeremos que tan largo se nos hiciera la constitución como Hermandad, y algunos hermanos no conocerán la primera salida procesional hasta la Iglesia de La O. Porque todo ha de llegar, como dije al principio de este vuestro Pregón, todo llegará y hemos de saborear y disfrutar del camino. No todo es festejar la llegada a la cima de la montaña, pues vacío estaría el premio sin haber paladeado hasta la hez las agridulces vivencias que han surgido y surgirán en este sendero cristiano. Puede que esto os suene mal, que todos queráis poder tener ya entre nosotros al Señor, y rendirle culto, y salir en procesión, y contar con un cuerpo de nazarenos, … pero de corazón, disfrutad del proceso, puesto que ahora es cuando más se necesita de la unión y la fe entre vosotros.

Ya ha llegado a su fin este vuestro Pregón, hermanos. Ya me retiro de este ambón, y no puedo menos que volver a agradeceros el que me hayáis concedido la oportunidad de ser vuestro pregonero. Antes de despedirme, solamente quiero transmitiros mi deseo de que todo en vuestro camino salga como os merecéis, que no es decir poco, ya que sois un grupo fuerte de cristianos consolidados y comprometidos que muy pronto han de seguir cobrando recompensas de su esfuerzo y su trabajo …


Bonanza te está esperando …
Señor, ven ya ¿a qué esperas?

No os desesperéis, hermanos,
Porque el Señor está cerca.

No os venza el desánimo
Que a mentiros aparezca;
No os dejéis engañar
Por quien venga con vileza

Por ese río que baja
De Sevilla, la Maestra,
Vendrá navegando un día
Quien ha de quitar las penas.

Qué marinero señor
Para gente marinera
Que hasta Sanlúcar vendrá
En un barquito de vela

Bonanza se hará campana
Y repicarán sus piedras
Y esperándote el gentío
De Tu belleza hará lenguas

Bonanza te está esperando …
Señor, ven ya ¿a qué esperas?

Tus pies serán salpicados
Por el agua clara y fresca
Que riega a este Tu pueblo
Que en ese muelle te espera

Tus cabellos serán mecidos
Por la brisa bonancera
Que susurrará a tu oído
Las cositas de esta tierra

Bonanza te está esperando …
Señor, ven ya ¿a qué esperas?
Si tienes en vilo a un pueblo
Que con tus ojos ya sueña

Que quiere verte, Señor,
Y contarte sus problemas
Y junto a ti confortarse
De sus alegrías y penas

Un cáliz habrá en tus manos,
Lucirás túnica nueva
Y tendrás dentro de Ti
Las almas de esta Tu tierra

La misma Virgen del Carmen
Estar a Tu lado anhela
Ya la iglesia está dispuesta
Para cuando venir quieras

Bonanza te está esperando …
Señor, ven ya ¿a qué esperas?

Preparado está Tu pueblo
Para celebrar la fiesta
Que celebrará Sanlúcar
Cuando Tú quieras que sea

¡Que ya llega el Redentor
Llega el Señor de la Cena
Llega nuestro Salvador
En un barquito de vela!

¡Asómate a ver, Bonanza,
Que ya llega, que ya llega!


He dicho.

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PREGÓN DE LA CENA 2008
ÁLVARO BALLÉN

En un mundo tan vacío…
constantemente sumido en la sinrazón
no era ni mucho menos de extrañar
que se le pusiera precio
al mismísimo hijo de Dios…

Señor parroco Reverendo Manuel Jesús Ortiz Rivas, delegado de
Bonanza algaida, Sr. Hermano Mayor y junta de gobierno de la de la
Hdad del Carmen de Bonanza.
Junta de gobierno de la Agrupación parroquial de Ntro Padre Jesús
Sacramentado en su última cena y Maria Stma del Dulce Nombre,
cofrades y amigos, señoras y señores que se han dado cita esta noche en
esta Parroquia del Carmen , muy buenas noches.

Ante todo, me gustaría comenzar agradeciendo a los miembros de esta
corporación el que hayan depositado en mi su confianza para elaborar este
II Pregón que organizan, deseando larga vida a este acto, que a buen seguro
se seguirá celebrando durante muchos años más, y que llegará a
consagrarse como uno de los actos más destacados de cada cuaresma.
Espero estar a la altura de las circunstancias y no defraudarles, ni a ellos, ni
a los aquí presentes.
Tambien quisiera darle las gracias a Lucas por haber accedido a este lío de
presentarme y por supuesto, por haberlo hecho tan bien, muchas gracias
amigo.


Decir, que personalmente el elaborar este texto es algo que me
ilusionaba hacer, ya que en el seno de este agrupación, cuento
con muchos conocidos y amigos, cosa que fue determinante a la hora de
arrancarme a escribir esto que van a escuchar en breve, ya mismo.
Además tenia ganas de dar forma a una seríe de ideas que me venian
rondando la cabeza desde hace un tiempo, y considero que esta es la mejor
manera de hacerlo, organizando este texto que ahora me encuentro leyendo,
y me gusta decir texto, porque tal vez debido a mi forma de ver las cosas,
esto no es un pregón, no esperen que haga aspavientos, no esperen que
levante la voz, y permítanme que me acoja al principio, de si lo breve es
breve, mejor.
Hoy quisiera narrar, la historia de cómo muchas veces la solidaridad
la voluntad y las ganas de ayudar a los demás son capaces de superar todo obstáculo
que se halle en el camino.
la solidaridad en estos tiempos tiempos que corren, anda un poco olvidada
en nuestro día a día, nos saturamos de tantos problemas, que nos cuesta
la misma vida pensar, en las necesidades y carencias que puedan tener los
demás, no nos identificamos con nuestro vecino, muchas veces ni siquiera
con un familiar… Con lo nuestro tenemos bastante, no hay más que
contar…Y si alguna escena dramática sale de nuestra tele, le
damos la espalda sin más, puesto que la solución a esa situación
se consigue cambiando de canal.
La voluntad, es esa fuerza que parte de una esquinita del corazón, y que
hace que pensar en el prójimo como en uno mismo puede
tomarse como un estilo de vida, y este estilo de vida es el que lleva a gala esta
agrupación, una forma preciosa de entender la convivencia con la gente de
esta feligresia, trabajando por los demás, realizando una enorme labor
pastoral, ayudando al que lo necesita, predicando con el ejemplo y
haciendo que la palabra de Cristo entre por la puerta de cada casa….
Para que continue saltando de ventana en ventana concienciando a la gente
de lo importante que es esta labor, y han venido aquí para llevar a cabo ese
cometido…


Donde muchos dicen que Sanlucar pierde hasta el apellido
decir que nada se perdió
porque Bonanza lleva por nombre
este rincón tan acogedor
a donde viene el viento cada día
a susurrarte una canción
que cada mañana al alba
se va llenando de color
que recibió un bautizo marinero
la bendición más divina
que vino como caida del cielo
traida por las olas del rio
cuando llegaron acariciando su suelo
mientras doraba sus fachadas y casas
la imponente luz del sol
y desde aquí nos ofrecen a todos
la más tremenda ilusión
agrupándose en torno a una mesa
para sentarse y participar de la ultima cena
del divino redentor
sintiendo como su corazón
va palpitando impaciente
cuál redoble de tambor
que aviva con su latido la candela de la fé y la devoción
con el sueño de que aparezca por esas puertas
la imagen de Cristo presidiendo la más bendita de las cenas
dándonos su bendición
y recordando cada día
como en aquella mañana fría
de un 8 de Diciembre
se desbordó la alegria
en aquella magna catedral
cuando un decreto vino a concederos el título
de agrupación parroquial
por eso la ilusión del joven
se lleva aquí como estandarte
tejido con la felicidad más desbordante
y con ese punto de locura
que nos ofrece la nueva mañana
cuando la acaricia el levante
con la vitalidad que poseen aquellos
que solo desean vivir
luchando por lo que es suyo
haciendo sentir su sentir
para que el eco de su voz
resuene en todas las calles
y que así se entere la gente
que nunca se secaran las gargantas
repitiendo por y para siempre
que antes que ser el futuro
estan siendo el presente
que hoy aquí se funden
la juventud y las ganas
de hacer las cosas con tesón
que es el bendito patrón
de esta barco en el que remamos
con todas nuestras ganas
procurando hacerlo en el mismo sentido
aunando nuestras fuerzas
cuando intenta arrastrarnos
la corriente de este río
que pretende desanimarnos
que nos hace pensar muchas veces
que es inútil intentarlo
por eso brindo esta noche
por toda la savia nueva
por todo aquel joven cofrade
que sin recibir nada a cambio
por su hermandad se desvela
por todo chaval que sin aspirar a nada
su tiempo libre entrega
brindemos todos juntos
por quienes se marcaron un objetivo
y mientras aguardan se esmeran
en fomentar los valores
que hacen grande a esta familia
deseando que atraviese sus puertas
Jesús camino su última cena
a quien ahora más que nunca
toda bonanza espera.

Dicen que no hay mejor sensación que la de cerrar los ojos y dejarse llevar
por los pensamientos…
para así poder trasladarnos sin movernos del sitio a los más hermosos
lugares y parajes.
pensar que nada es lo que parece
soñar con aquello que anhelamos
con lo que nos apetece ser, vivir, decir…

Y es que hay sueños que merecen la pena ser cumplidos, sueños como este,
como el que acabo de comentar, el de traer hasta esta ciudad el momento
en el que Cristo funda la eucaristía.

porque no hay nada más bonito que soñar
ni nada más meritorio
que hacer un sueño realidad
y es que soñando, soñando se puede llegar a imaginar
que todo es como soñamos
y no como nos lo ofrece esta triste sociedad
soñar que se extravian las llaves de todo arsenal militar
que en el mundo ya no hay guerras
que triunfa la verdad
soñar que nadie a lo largo de su vida
se halle cara a cara con la soledad
soñar que en todas las casas hay mesas
y sobre cada una de esas mesas
haya un pedazo de pan
para que ninguna casa del mundo
este falta de comida
soñar con que llegue el día
en el que las lágrimas
sólo se derramen cuando lo ordene la alegría
que no existan ni las penas ni las decepciones
que hace pensar a muchos
que no existe salida
enturbiando sus corazones
que paro, miseria, pobreza
sean solo palabras desconocidas
y haya que buscarlas en el diccionario
para saber que significan
soñar que no existe otra meta
que la de respetar la vida
de aquellos que nos rodean
soñar que en el mundo no hay banderas
y que no habrá himno más bonito
que el sonar de las olitas cuando sube la marea
soñar que don dinero
deje de ser un poderoso caballero
y que haya mil cosas
que se valoren primero
porque hay cosas que no se pueden comprar
puesto que todo no tiene precio
ya que todo no es material
soñar que nuestra vida es un sueño
del que no queramos despertar…………………
una pena que todo esto que cito
sean sólo fruto de mis sueños
que se llegan a soñar
cuando se cierran los ojos
y se echa la mente a volar
sin embargo no deberiamos de pensar
que esto que imaginamos
es imposible de alcanzar
puesto que unicamente está en manos de nosotros
el hacerlos realidad




hoy uno de marzo, comienza el mes en el que hasta nosotros llega la
Primavera.

y desde la amanecida
de cada una de las mañanas
el sol se hará dueño de todo
y nos traerá a nuestra vista
el regalo de las flores
que en este tiempo vuelven a la vida
quedándose el rojo de los claveles
grabado en nuestra retina
y la espera será menos espera
porque el olor del incienso ya mismo
va torciendo las esquinas
por eso el olfato nos dice
que de forma repentina
una mezcla de sensaciones
sin demora se avecina
a nuestro paladar llegarán
el azucar y el almíbar de limón
propio de las alpisteras
y el sabor del clavo y la canela
que le dan ese toque tan particular
a las torrijas de la abuela
manjares de esta, nuestra cuaresma
que harán más liviana la espera
al son del pálpito de los corazones cofrades
iran pasando los dias
hasta que a nuestra vera se acerque
la semana más anhelada
la semana más bendita
la semana más santa y soñada…
el oido se agudizará
puesto que sonarán los tambores
y la madera y los metales
nos entregarán sus sones
y cuando se torne todo en silencio
nos arrebatará el alma
el susurro de un padrenuestro
se recreará el tacto
contando las cuentas de un rosario
tocando el terciopelo o el raso
mientras nos colocarnos la capa
o cuando bajamos del altillo
nuestro cinturón de esparto
y la esperá terminará
cuando un domingo de Ramos
se desperece la mañana
y se abran los portones
que liberen nuestra ansia
durante esa semana
se mezclarán infinidad de sensaciones
y cuando todo termine
a Dios le daremos las gracias
por todo lo que hemos sentido
y le pediremos que al año que viene
se repita lo vivido
para que así despierten de nuevo
nuestros cinco benditos sentidos

Ya sólo faltan días para que llegue hasta nosotros y nuestras calles la Semana Santa,
para que broten los sentimientos más ocultos, para que todos participemos de la
representación escénica de las últimas horas de cristo…
Nuestra semana santa, que cada va alcanzando un mejor estado de forma, eso lo
podemos apreciar en la cantidad y sobre todo en la calidad en la organización de los
actos que estamos viviendo durante esta cuaresma, pregones, besapiés, besamanos,
vacrucis, y por supuesto nuestros cultos, quinarios, triduos, septenarios…
Pero nuestra semana santa al igual que la luna tiene una cara oculta, una parte oscura y
desconocida para muchos, tras la que esconde otra semana santa…

Una semana santa que merecería ser desterrada
allá donde no haya luz ni viento
es el más desolado desierto
donde nadie la encontrara…
esa semana santa en la que la gente te vuelve la mirada
la semana santa en la que quién se hace llamar hermano
te obsequia con su puñalada
compuesta por gente que afila sus lenguas
como quienes afilan la daga
con la que castigan a todo aquel
que no siga su senda marcada
la semana santa de los cofrades que no se paran a pensar
que su vida cofrade esta siendo desaprovechada
centrándose en disputas y riñas que no conducen a nada
la semana santa del sabelotodo que no sabe
que está mal despreciar
la sabiduría de la calle
la semana santa de señoritos y dueños
que no son capaces ni capataces de entender que la semana santa
está en manos de todo aquel que la sienta suya
y del pueblo sanluqueño
la semana santa del fanatismo
y la semana santa de quien en su hermandad
sólo busca el protagonismo
sin preocuparse de nada más…………..

ojalá todas estas semanas santas
no tuvieran que ser nombradas nunca jamás
señal de que la cordura, la sensatez
y la reflexión de esta cuaresma
nos han hecho recapacitar
devolviendo a este mundo el espíritu cristiano
dandonos cuenta errar es de humanos
pero de sabios rectificar
y llegar a ser conscientes
de que hay que cambiar
como bien ya he dicho antes
ojala estas semanas santas tan horripilantes
no tuvieran que ser nunca jamás citadas
y que al igual que esa cara oculta de la luna
se mantenga lejos de nuestra mirada
y que la semana santa que prevalezca
sea la de los amigos y hermanos
la de los abrazos de verdad
la semana santa de echar el cable
ayudando a los demás
la de todas las hermandades fundidas en una sóla hermandad
en la que las imágenes de Cristo y Maria
no levanten ningún tipo de rivalidad
la semana santa en la que el primer mandamiento sea el de respetar
y seguir los pasos de Ntro Padre Jesús
allá donde nos quiera llevar…………

Sin ningún tipo de duda
el momento más importante de la pasión de Cristo
es este que nos reune hoy
el momento de su última Cena…
por eso me encantaría que en un ejercicio de imaginación
nos trasladáramos en el espacio y en el tiempo
y viviéramos por un momento aquella situación
ver como Pedro y Juan
realizaban los preparativos
para esa sagrada cena
que se iba a celebrar
a las afueras de aquella Jerusalén
asomándonos por una ventana
para vivir desde cerca ese momento
en el que a sus discípulos
Jesús lavaba los piés…
dando ejemplo de servicio
y pidiendo que en un futuro
lo hicieran entre ellos
como en ese momento lo estaba haciendo El
ver tambien como mientras el hablaba
12 miradas se cruzaban
y así poder ver ese conjunto de sensaciones
que allí se entremezclaban
cuando aquella traición anunciabas…
se hizo el silencio
mientras el pan partias
y decias que era tu cuerpo
del que todos comerian
levanto el cáliz lleno de vino
del que todos beberian
rojo como la sangre
que en breve derramarias
mientras con esas palabras
instaurabas la eucaristía
el sino del cristianismo
la brújula de nuestras vidas
y por postre la traición
que tuvo que venir de la mano
de quién te llamaba maestro
y te queria como un hermano
un hombre débil que te entrego a tu triste suerte
poniendo precio a tu vida
poniendo precio a tu muerte
cuando de repente el alma
sin remedio te estremece
y suenan 30 monedas
por cada una de ellas un suspiro
unos ojos que se angustian
y un pálpito que te dice
que dentro de poco
vas a dejar de estar vivo
mientras en silencio te diriges
al monte de aquellos olivos
la soledad ya ha abierto sus alas
y sobrevuela ese lugar
en el que no vas a encontrar ni un ápice de piedad
donde la culpa se hace patente
en el rostro de Judas
que dentro de poco sin más
con un beso en la mejilla
al imperio te entregará
poco antes de arrebatarse la vida
preso de su culpa
esclavo de la más traidora maldad…
y te llevaron preso…
en este mundo que gira solo
y en el que nadie muere por nadie
tu moriste por todos
alzando tu palabra al aire
elevando a los cielos tu testamento
sobre los pilares del cielo
sobre los 4 elementos
en ese fatídico momento
en el que una lanza traspasó tu costado
y el cuerpo de los allí presentes
por el miedo fue embargado
cristo murió en una cruz
en ese momento se rasgó el velo del templo
y se deshizo la luz
que bajara dios y lo viera
pero eso no hizo falta
porque el ya estaba con su hijo en la tierra
para ver como dejaba de vivir
como lo trasladaban al sepulcro
y como pasados tres dias
su corazón volveria a latir
y sus piernas a caminar
puesto que la muerte no fue justa ganadora
de esa tetrica partida
ya que era imposible que derrotara
a tu palabra y a tu vida
se volvieron a abrir sus ojos
y su voz volvió a brotar
dejando el más enorme legado
que puede llegarse a entregar
y que quedará para siempre escrito
en la historia de la humanidad
Falta poco para que la imagen de Cristo de la Cena llegue a esta Parroquia, por eso, antes de despedirme, y ya para terminar me gustaria contarle a esa
imagen de Cristo donde va a venir a parar…
Jesús de la Cena
vas a venir a parar a Bonanza
que es una puertecita que nos abre la vida
para que comtemplemos el mar
donde se multiplican los peces
donde en lugar de aire se respira tranquilidad
donde vino a derramarse la sal
aquí por fín sabrás
lo que es vivir una noche
pisando la arena y sonriendo a la luna
sentándote en una barquilla
echando tu alma a cantar
contando las estrellas del cielo
sintiendo la libertad
que sólo disfrutan las gaviotas cuando echan a volar
una sensación inolvidable
algo prácticamente imposible de explicar
que más quieres que te cuente
sino tengo palabras para contar
esto hay que vivirlo y sentirlo
ya lo experimentarás
vas a venir a vivir
a este rinconcito de la Sanlúcar
que nos da toda su alegría
donde vino Dios a descansar
cuando descansó el septimo día…
un lugar que sin ser estado posee su propia Reina
que lleva por nombre Carmen
y que por siempre reinará
sobre los hombres a los que antes de la mañana
les espera impaciente la mar
una mar que nos da la de arena
aunque tambien da la de cal
puesto que por un lado nos ofrece sus sustento
y por otro arrastra hasta su fondo
las almas de quienes sólo buscaban
llevar a sus casas el pan
y que ahora son tripulantes
de la barca de la eternidad
aquellos que ya estan con el padre eterno en el cielo
disfrutando de la inmortalidad
vas a venir a una parroquia
que sin más se inundará
de las almas de tus devotos
que te vendrán a rezar
y sentada en estos bancos
la gente te pedirá
por su familia y por su casa
salud para poder bregar
mujeres que te pediran por sus hijos
para que no pasen ningún mal
y llegará a tus plantas gente cuyas únicas posesiones
sean su voz y sus ganas de rezar
gente que entre lágrimas
se arrimará para preguntarte
el porque de su soledad
padre nuestro de la cena
que a todos santificarás
que el reino del septimo cielo
hasta aquí nos acercarás
no tengo más que decirte
sólo que hágase aquí tu voluntad
para que desde bonanza repartas a Sanlucar...

¡Paz, salud y libertad!

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